En una soleada mañana nos reuníamos con el resto de pasajeros en la antigua estación de Madrid-Delicias para embarcar en una experiencia única: el Tren de la Fresa. Este histórico tren, con más de cuarenta años de tradición, nos llevaría en un viaje en el que se rememora el recorrido del primer ferrocarril de la Comunidad de Madrid, construido en 1851 por indicación de Isabel II para unir la capital con el Palacio Real de Aranjuez.
A bordo de coches de madera con balconcillos, únicos en toda España, varios actores nos acompañaron, recreando la historia de nuestro tren y los sucesos vinculados al Real Sitio de Aranjuez, declarado Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Una vez en Aranjuez, tras un corto viaje en autobús desde la estación, nos recibían los jardines, llenos de magia y cargados de historia. El Palacio Real, residencia campestre por excelencia de los Reyes españoles, se alzaba majestuoso. Visitamos sus salas, como el Gabinete de Porcelana y la Sala de los Espejos, mientras nos iban contando anécdotas y la historia que rodea al palacio. Y después, el paseo por el río en el catamarán; muy refrescante, como no, y realmente mágico
Los jardines, son un verdadera gozada. Desde el Jardín del Príncipe hasta la Isla Asiática, cada rincón es un verdadero regalo para los sentidos.
Después de la visita, y ya de vuelta a Madrid, el famoso fresón de Aranjuez nos aguardaba en el tren, otorgando un sabor dulce al final de nuestro viaje.