La Puerta de Bisagra se alza como un testimonio imponente de la rica historia de Toledo. Esta puerta de la ciudad, con su arquitectura única y su pasado fascinante, ha sido testigo del paso de los siglos y de las diversas culturas que han dejado su huella en esta fascinante ciudad. Para muchos visitantes, la Puerta Nueva de Bisagra es su primera visión de la ciudad antigua, con sus imponentes torres que se elevan sobre el paisaje urbano.
Historia de la Puerta de Bisagra

La Puerta de Bisagra ha sido testigo de la evolución de Toledo a lo largo de los siglos. Originalmente construida en el siglo IX durante el dominio musulmán de la ciudad la Puerta Antigua de Bisagra, entonces conocida como Bab al-Saqra, que significa «Puerta de la Sagra» era la entrada principal a Toledo desde la Vega. Con la construcción de la Puerta Nueva de Bisagra en el siglo XVI, la puerta original fue cerrada, aunque permaneció como un recordatorio del pasado. Se utilizaba sólo para ocasiones especiales y con el tiempo cayó en desuso hasta su restauración en 1905.
Mientras que la Puerta Antigua de Bisagra representa el pasado morisco de Toledo, la Puerta Nueva de Bisagra narra la historia del esplendor renacentista de la ciudad. La Puerta Nueva, con su imponente diseño, fue construida bajo los reinados de Carlos V y Felipe II. Su construcción comenzó alrededor de 1540, con la participación de arquitectos como Nicolás de Vergara el Viejo y Juan de Benavides, y finalizó en 1576 bajo la dirección de Nicolás de Vergara el Mozo. Otros arquitectos importantes que contribuyeron a su diseño fueron Eugenio Sánchez y el renombrado Alonso de Covarrubias.
La Leyenda del Ángel
Un elemento intrigante de la Puerta de Bisagra es la estatua del ángel custodio que se encuentra en el vértice central del frontón triangular del cuerpo exterior. Según la leyenda local, durante una época de peste en Toledo, el ángel se encontró con la personificación de la enfermedad en la puerta. La peste afirmó que solo mataría a siete personas, pero el ángel, al dejarla entrar, fue testigo de la muerte de miles. Cuando la peste se marchaba, el ángel le reprochó su engaño, a lo que la peste respondió: «Yo solo maté a siete, a los otros los mató el pánico». Esta leyenda añade un toque de misterio y folclore a la historia de la puerta.
La Plaza que pudo ser y no fue
Curiosamente, el entorno de la Puerta de Bisagra no siempre fue como lo vemos hoy. En el siglo XVI, Alonso de Covarrubias, el arquitecto principal de la Puerta Nueva, proyectó la construcción de una gran plaza de 350 metros de largo frente a la puerta. Esta plaza habría transformado el área y proporcionado un espacio público grandioso que reflejase la importancia de la Puerta de Bisagra como entrada a la ciudad imperial. Sin embargo, el rey se opuso al proyecto y la plaza nunca se construyó, dejando una huella de lo que pudo haber sido en la historia urbana de Toledo.
Restauración
A lo largo de su historia, la Puerta de Bisagra ha enfrentado desafíos, incluyendo un derrumbe parcial de uno de sus torreones exteriores en 1946 tras un periodo de intensas lluvias. Este evento subraya la fragilidad de los monumentos históricos y la importancia de su conservación. Afortunadamente, la torre fue restaurada, asegurando que la Puerta de Bisagra siga en pie como un símbolo de la resistencia y la historia de Toledo.
La Puerta de Bisagra es un fascinante ejemplo de la fusión de estilos arquitectónicos. La Puerta Antigua de Bisagra, con sus arcos de herradura característicos, es una muestra del estilo arquitectónico morisco en España. En su construcción se utilizaron diversos materiales, incluyendo sillares visigodos reutilizados en las zonas bajas, los pilares y las dovelas del arco de herradura de la fachada norte.
La Puerta Nueva de Bisagra, por otro lado, es un magnífico ejemplo de la arquitectura renacentista española, con sus elementos clásicos y su ornamentación. La Puerta de Bisagra se erige como un poderoso símbolo del pasado multifacético de Toledo, su arquitectura combina a la perfección elementos moriscos y renacentistas, un testimonio de la rica y estratificada historia de la ciudad.
Partes de la Puerta de Bisagra
La Puerta Nueva de Bisagra está compuesta por dos cuerpos principales:
- Cuerpo exterior: Construido hacia 1559, este cuerpo presenta un majestuoso arco de triunfo clásico de medio punto con sillares almohadillados, flanqueado por dos grandes torreones semicirculares. Sobre el arco se encuentra el escudo de la ciudad de Toledo, con el águila bicéfala y las columnas «Plus Ultra»2. En la fachada exterior, se pueden observar las figuras de dos reyes sentados, símbolos del buen gobierno.
- Cuerpo interior: Construido hacia 1550, este cuerpo da a la ciudad y está flanqueado por dos esbeltas torres cuadradas con chapiteles de cerámica. En su interior se encuentran cuatro arcos de entrada: dos de medio punto en los extremos, uno de herradura y otro doble donde se alojaba el rastrillo.
Entre ambos cuerpos se encuentra un patio que alberga una estatua de Carlos V y una escultura de San Eugenio, primer obispo de Toledo. Curiosamente, la Puerta Nueva de Bisagra no se limita a estar junto a su homóloga más antigua; en realidad, se construyó sobre los cimientos de una puerta morisca anterior, lo que revela el fascinante palimpsesto de la historia incrustado en esta estructura.
Importancia Cultural
La Puerta de Bisagra es mucho más que una simple entrada a la ciudad. Es un símbolo icónico de Toledo y un importante monumento histórico y cultural. A lo largo de la historia, ha sido la principal puerta de acceso a la ciudad, controlando el flujo de personas y mercancías, y desempeñando un papel crucial en la defensa de Toledo. Ha sido testigo de innumerables eventos históricos, desde el dominio musulmán hasta el Renacimiento español, y su imponente arquitectura refleja la rica herencia cultural de la ciudad.
La Puerta de Bisagra es un monumento que encapsula la historia y la identidad de Toledo. Su arquitectura, que combina elementos moriscos y renacentistas, refleja la rica herencia cultural de la ciudad y la convergencia de civilizaciones que han dejado su huella en este lugar. Visitar la Puerta de Bisagra es como viajar en el tiempo y ser testigo del paso de los siglos, desde la época musulmana hasta la actualidad.
La Puerta de Bisagra se erige como un testimonio del espíritu perdurable de Toledo, sus muros resuenan con los susurros de imperios pasados, sus piedras son testigos de la convergencia de civilizaciones y su majestuosa presencia invita a los viajeros a atravesar el tiempo y explorar la cautivadora historia de la ciudad.
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